El viaje fue increíble. Fue una experiencia preciosa, donde conocí gente, viajé, viví otra cultura y fui inmensamente feliz.
Viajar a Strasbourg me permitió conocer personas de múltiples nacionalidades, que asisten diariamente a realizar el curso, conocer diferentes culturas y realidades.
Le "Ciel de Strasbourg" es un lugar precioso, lleno de personas amables y bien predispuestas, que todo el tiempo procuraron tanto por mi aprendizaje como por mi bienestar. Se realizan diferentes actividades, de tipo tanto educativas, como sociales y culturales, que le dan a la experiencia del aprendizaje de otra lengua una integridad increíble.
La ciudad es un lugar de cuento, con una encantadora mezcla que ensambla la cultura tanto francesa como alemana en perfecto equilibrio. Su centro histórico tiene muchísimas actividades que realizar, lugares que conocer y por supuesto vinos y quesos que probar... Por último, mi anfitriona, Anna D'aquin. Una persona increible, que tuve la suerte de que me alojara en este viaje. Siempre estuvo atenta a mí y a mis necesidades, me enseñó tanto del idioma como de la vida "a la francesa", llegando a hacernos amigas entrañables, con quien hoy me mantengo conectada y extraño enormemente. Tanto ella, como sus dos pequeños (Sofía y Tomás), me dieron un lugar en su hogar y en sus vidas, nos divertimos muchísimo los cuatro compartiendo un mes de febrero, como nunca imaginé!
Noelia Santoro (Le Ciel de Strasbourg, 2019)